Yo sé de lo que hablo cuando nombro al ramalazo
de la emoción de las miradas.
Sé de lo que hablo y sé de donde emana
el despertar de los atisbos.
No digo más
ni menos.
Retorno en el sueño de los olores adustos,
de las contemplaciones florales.
No despeño al amor desde el filo ni desde el recuerdo.
Yo sé del verso perturbado por presentimientos desentendidos.
Yo sé de vos,
y de tu velamen de vértigo lunar.
Soy tributo,
lluvia desmoronada.
El poema nace en el punto final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario