Te debo la noche
y los sueños que aún no te he soñado.
Te debo la lágrima sauce
y el alma de los árboles.
Te debo las voces del silencio de la madrugada.
Te debo la calma que será tormenta,
cristal del viento.
Te debo el mapa de tu risa
y aún no te he dado
el lado menos despedida del tiempo
He faltado a las partidas
y me ofrecí camino para los retornos.
Te debo el matiz de la cabellera del río
en esa hora precisa
y la tristeza de la soledad de los espejos.
Barro que hace memoria,
me debo entero.
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